¿Podemos controlar lo que pensamos?
¿Te gustaría detener por un momento la cascada de pensamientos y autocríticas que impiden que te desarrolles plenamente?
Cuando vivimos una experiencia generalmente tenemos miles de ideas sobre cómo debería ser, cómo deberíamos sentirnos, sobre lo que puede salir mal o bien y qué haríamos en cada caso, esto hace que cuando llega el momento de actuar tengamos una idea construida sobre lo que debe ocurrir. Estas expectativas están formadas por, experiencias previas, mandatos sociales y familiares y preconceptos. Entonces, lo que ocurre luego es que esperamos que la experiencia “encaje” en estos esquemas, ideas y creencias que hemos construido y/o heredado.
Estos pensamientos, creencias y esquemas hacen que veamos la realidad a través de unos lentes que a menudo se encuentran rayados, sucios, viejos. Por ejemplo, cuando estamos tristes generalmente usamos lentes oscuros que nos hacen ver todo de forma negativa, creemos que nuestro presente es malo y que solo puede empeorar. Estos pensamientos que se activan tienen la característica de ser automáticos (vienen a nuestra conciencia sin que actúe nuestra voluntad) aparecen fugazmente, convocan a una emoción (nos hacen sentir triste o enojados, sin saber bien porqué) y actuemos en concordancia con lo que pensamos y sentimos:
SITUACION –> PENSAMIENTO –> EMOCION –> CONDUCTA
De esta forma creamos nuestra realidad, nuestra historia y nuestras experiencias, interpretamos estas situaciones desde nuestros esquemas, o miramos la realidad con diferentes anteojos.
Por eso es importante conectarnos con estos pensamientos cada vez que se activan para decir: “no podes”, “no lo hagas”, “no te sale”, poniéndonos trabas para crecer, porque solo detectándolos podemos ver que son creaciones construidas sobre limitaciones, autocríticas y miedo.
Algunos ejemplos de pensamientos limitadores o disfuncionales son:
Pensamiento blanco/negro: Cuando pensamos así sólo podemos ver la vida de dos formas: BIEN y MAL, PERFECTA E IMPERFECTA. Todo lo que no esté perfectamente bien, caerá en la otra categoría, lo cual nos hace sentir tristes, desdichados por no poder alcanzar la perfección.
Maximización: nuestra mente agranda nuestros errores, limitaciones, miedos y defectos.
Minimización: generalmente este tipo de pensamientos acompañan a las maximizaciones subestimando nuestros recursos, fortalezas y habilidades.
Lectura de mente: estos pensamientos hacen que “violemos” la mente del otro, creyendo que tenemos el poder de saber exactamente lo que piensa.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Para detectar estos pensamientos debemos entrenarnos, como lo hacemos cuando queremos desarrollar cualquier otra habilidad. El entrenamiento consiste en detectar las emociones que sentimos durante el día y, sobre aquellas que nos producen malestar preguntarnos qué se nos pasó por la cabeza cuando nos sentimos así: que ideas, imágenes o frases pasaron por nuestra mente. Con el tiempo (entrenamiento) vamos a lograr ser más conscientes de nuestras emociones y pensamientos, lo que nos va a permitir entender nuestra conducta.
A partir de ahí la decisión es de cada uno, solo debemos saber que si queremos tener resultados diferentes, sentirnos diferentes y pensar diferente, sólo haciendo algo distinto lo vamos a lograr. Si siempre tomamos a misma ruta siempre vamos a llegar al mismo destino.
Atreverse a saltar al mundo de posibilidades ilimitadas que nos ofrece la vida puede ser una experiencia desafiante y llena de sorpresas…solo debemos animarnos!
Esta experiencia empezar hoy… te animás?
Yanina Márquez
Licenciada en Psicología